Alguna vez nos cruzaremos en la ciudad del viento
y en esa pasmosa tierra de oportunidades
se irá a jugar lo que nos quede
a una sola moneda.
Por los canales de esa ciudad de sueño aún navegan los recios pioneros
y se mancilla la sangre ritual de los vencidos.
A intervalos se oye golpear la cola de la vaca que provocó el incendio
y se avivan otros fuegos:
una chica judía que también soñaba y se abría paso a manotazos
en la metálica ciudad que un tano hizo famosa
al llenarla de balazos.
[¿La justicia dará cuenta de aquellos otros chicos malos
que nos fundieron los bolsillos en los infames '90?]
Parece que surgiera de la bruma y de los ciclos más elementales:
Chicago es aire, agua, tierra y llama al fin,
y nos invitan a habitarla.
Gracias Marcela por Ch.