jueves, 22 de enero de 2009
Ilusión óptica
comienza como un punto
-el silencio percibe la amenaza-
y sigue en otro punto y otro
-el grito perfora la conciencia-
blanco y negro y blanco
-se multiplica renegando y vocifera-
la vista no puede sino anclarse en esa línea
-ahora advierte, intimida, reta-
sigo sus puntos continuados
-recrimina o no y pide explicaciones-
la recta se dispara al infinito
-se exalta, se retuerce y pena-
qué otra cosa podría hacer una recta
-el grito escupe su preso rencor-
y discurro por su discurrir en el espacio
-quiere ser odio pero vomita amor-
no lúcidas volutas de humo, pura recta
-escupe lágrimas, se retracta, regresa-
recta segmento convertido en flecha
-retorna a gritar, gritar y gimotea-
flecha que acierta en su preciso centro y todo estalla.
"¿De qué era que me estabas hablando?"
Gracias por las pequeñas delicias
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