Leda y el cisne Leonardo y Villarreal (fragm.)
El cisne batió las alas con estruendo
y volvió a batirlas
desde la larga noche de la historia,
más allá del cielo estrellado y de la cruz del Norte,
más acá del tiempo y de todo agujero negro,
hoy iba a cumplir con su destino.
El cisne arqueó las alas en tremendo esfuerzo
por conjurar su poder,
un dios mujeriego por el mundo solo.
Un solo esperar
desde el abismo de los mitos,
desde la alegría tribal de aquellos griegos
al despertar del Tintoretto y Leonardo,
la impresión de Cezanne,
y más Dalí
y tantos tantos...
Entonces el cisne aplicó sus metamorfoseadas alas
un solo latir
sus alas en la amada.
y volvió a batirlas
desde la larga noche de la historia,
más allá del cielo estrellado y de la cruz del Norte,
más acá del tiempo y de todo agujero negro,
hoy iba a cumplir con su destino.
El cisne arqueó las alas en tremendo esfuerzo
por conjurar su poder,
un dios mujeriego por el mundo solo.
Un solo esperar
desde el abismo de los mitos,
desde la alegría tribal de aquellos griegos
al despertar del Tintoretto y Leonardo,
la impresión de Cezanne,
y más Dalí
y tantos tantos...
Entonces el cisne aplicó sus metamorfoseadas alas
un solo latir
sus alas en la amada.
4 comentarios:
¡Oh Leda! Oh; Leda y el Cisne... Qué belleza...
¡Una honra a tu nombre!
Tengo 'piel de gallina', me emocioné, GRACIAS VECINA!!!
Qué bueno que te haya gustado, Carina
Gracias por pasar por aquí
Siempre quise escribir sobre este mito de Leda y el cisne y ahora salió
No quise que quedara bien parado el cisne pero...
Besos desde aquí
Ledama
trupitomanias: me dio pena el cisne...
LEDA
El cisne en la sombra parece de nieve;
su pico es de ámbar, del alba al trasluz;
el suave crepúsculo que pasa tan breve
las cándidas alas sonrosa de luz.
Y luego, en las ondas del lago azulado,
después que la aurora perdió su arrebol,
las alas tendidas y el cuello enarcado,
el cisne es de plata, bañado de sol.
Tal es, cuando esponja las plumas de seda,
olímpico pájaro herido de amor,
y viola en las linfas sonoras a Leda,
buscando su pico los labios en flor.
Suspira la bella desnuda y vencida,
y en tanto que al aire sus quejas se van,
del fondo verdoso de fronda tupida
chispean turbados los ojos de Pan.
Rubén darío
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