sábado, 25 de agosto de 2007

Prohibida


La poesía no usa esa palabra
No puede decirla
Se retuerce y se empecina
Se resguarda y se difunde
Y la desecha.
La poesía no la quiere ni la espera
La redime o exonera
Sin pésame, sin pausa
Con entrega desmedida de amante despechada
Es palabra que se apura,
Que pisa sin decoro
Y se cierra sin lamentos,
Porque nunca, ¿oyen?, nunca,
Le permitirá que se las diga.

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