La tela estaba allí para tocarla,
no ya más piel, ni ubicuidad, ni rezo,
tan poco pliegue y más y más mirada.
Mi mano estaba aquí, cerrada, en vela,
tan harta de quietud, tan perseguida,
que huir era el destino hacia la tela.
Mano y final se ríen de nosotros.
Los mismos, los que somos... otros.
....primera vez que experimento un indriso,¡gracias!
1 comentario:
Hola Ledama
Hoy estoy de paseo por la red en busca de contadores de cuentos, letras nuevas, amigos para aprender y compartir. He venido a invitarte con especial motivo para que me acompañes esta semana en que dedico a la lectura de las letras Argentinas. Espero que lo que estoy leyendo te guste tanto como a mí. Espero tu visita en mi Casa der los Cuentos, tus opiniones y comentarios. Saludos desde Mérida, Venezuela. Jabier.
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