Van ovillando el odio despacito,
tejiendo y destejiendo
con agujas feroces y sarcásticas.
La primavera no se
decide y llegan
los de siempre,
lo tienen todo
y nada les alcanza.
Quedan ensangrentados también esos de siempre,
los que tejen de miedos y de llantos,
de desesperanza y tiniebla,
de horizonte gris deshilachado
y sin agujas.
A veces la vida da un paréntesis y hay risas,
ovillo de alegría
que aún se teje y se desteje
que aún se teje y se desteje
y que al cortarse
te deja esta tristeza tan amarga.
Para ellos, ya saben
1 comentario:
Cuanta gente loca anda suelta....Lindo tu poema Leda.
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