lunes, 2 de noviembre de 2015

Ovillo



Van ovillando el odio despacito,
tejiendo y destejiendo
con agujas feroces y sarcásticas.

La primavera  no se decide y llegan
los de siempre,
lo tienen todo
y nada les alcanza.

Quedan ensangrentados también esos de siempre,
los que tejen de miedos y de llantos,
de desesperanza y tiniebla,
de horizonte gris deshilachado 
y sin agujas.

A veces la vida da un paréntesis y hay risas,
ovillo de alegría
que aún se teje y se desteje
y que al cortarse
te deja esta tristeza tan amarga.


Para ellos, ya saben

1 comentario:

María Beatriz Espinosa dijo...

Cuanta gente loca anda suelta....Lindo tu poema Leda.