El hombre se detuvo ante la lluvia
y quiso presentir lo que vendría
fragmentos de paisajes cotidianos
rayones sepias, grises, blancos
molestas gotas atávicas, tan solas
como él, que acechaba ante la lluvia
dejarse estar detrás del velo
tiras y rajas de un crudo realismo
a veces zigzagueante
a veces puro sesgo
cotidianeidad
premura.
El hombre continuó ante la lluvia
continua e insinuante
como la mujer que cruzaba
y él en un segundo
quiso volverse un príncipe cortés
ser charco sutil bajo el zapato
y ofrecer su capa
a cambio de una sonrisa
siquiera...
Pero el hombre abrió el paraguas
y desechó la idea.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario